Jugar es sinónimo de actuar, de tirar y aflojar, de un tú o yo, no de un tú y yo. Cuando eres niño puedes ganar o perder, pero de adulto lo más probable es que pierdas más que ganes. Juguemos a un juego!, dejemos de jugar. Dejar de jugar te hace libre, más auténtico y mejor persona. Y al final, lo mejor de todo es que los miedos se hacen más pequeños y tú más valiente.